He retocado todas las canciones y, quitando "Gatos abandonados", las he dejado todas solo con guitarra y voz. Para escuchar todas las canciones seguidas (en distinto orden), seguir este enlace
¿Por qué me gusta que me cojas por detrás
al juntarnos después de tanto tiempo?,
¿por qué me deja así -borracho-, que digas
que me has echado de menos?.
Si sé que no daría la talla
intentando taparte con la sábana?.
¿Por qué te quiero infiel y libre?,
¿por qué me conformo con una vez que me deseaste?;
¿por qué unas veces quisiera protejerte
y otras siento que intentas que nada me pase?.
Entiendo que soy posesivo a mi manera,
pero no consigo que tú me entiendas.
No sé quién soy,no se qué es lo que doy,
pero esta tarde sigo tu camino
hurgando en mi cerebro...
¿Por qué contigo sí valió la pena Toledo?,
¿por qué esas imágenes no se quieren marchar?;
¿por qué a tu lado la verbena fue hermosa?,
¿por qué la limonada no supo ni sabrá igual?.
Si las cosas luego no fueron de ese modo
en que se supone deben ser... No sé.
Voy haciendo un álbum en mi mente;
son fotos, palabras, reflejos del sol
que quisiera tener, que temo perder,
que temo encontrar en su lugar alguna vez.
¿Por qué me gusta que me cojas por detrás
al juntarnos después de tanto tiempo?,
¿por qué me deja así -borracho-, que digas
que me has echado de menos?.
Si sé que no daría la talla
intentando taparte con la sábana?.
(Mayo 1996)
Esperaba, deseaba, pero no sabía qué esperaba ni qué deseaba ni qué quería ella. Escuchar el mp3 Siempre que te siento cerca de mí
siempre acabas interponiendo alguien entre tu y yo;
como si temieses nuestro encuentro,
tal vez que tú me quieras,
tal vez que yo te pierda.
Quizá temes que al tenernos nos perdamos
y es que yo también a veces siento así;
tal vez que yo me engaño
y que me estás usando
para que se fijen en mí.
Carteles desencajados cuelgan aún;
nos sabemos desenfocados en la multitud.
Siempre que te siento lejos de mí
siempre acabo recriminándote que sea así;
como si dudase de estos años,
de que tú me quieras,
de que yo te quiera.
Cruzo días como calles sin luz;
sigo rastros de naufragios y allí estás tú;
imagino que estás lejos
siento que terminaría
envuelto en neblina.
Carteles desencajados cuelgan aún;
nos sabemos desenfocados en la multitud.
Escuchar el mp3 Cada día te levantas, te acercas a mi mesa;
con tu voz de Lauren Bacall me pides que te invite a café;
me levanto -¡cómo no!-, cierro mi carpeta,
me voy contigo hacia la máquina del café por cuarta vez.
Allí inventamos el tiempo sin conciencia
para hablar de tus cosas, de las mías, de las nuestras,
y estiramos ese rato que nos pone a salvo
de la bruma mental que nos obliga a desconectar.
Aún recuerdo ese momento en que, sin darme cuenta,
al cabo de dos años de saludarte al pasar,
me crucé contigo en medio de un sueño a medias,
bajo los tres soles que se quisieron juntar una vez más.
Los dos necesitábamos de alguien que escuchara,
como un duende en un bosque al atardecer;
y allí esta sociedad quedó fundada,
con el solo rito de aquel primer café.
Y ahora te marchas;
tus ojos dicen lo que tu boca calla;
tú no confundes noche y mañana;
cuando te encuentres sabrás lo que buscabas,
una luz blanca quizá...
Creo que falta que se rompa algún plato,
pero no dudo de que tu tiempo llegará,
y veré cuando te sientas dueña de tus pasos,
como poco a poco tu vida cambiará.
Estoy aquí sentado, en este andén descolorido,
pensando a cada rato que aún tengo que crecer
y te veo a lo lejos desde mi sitio;
eres un tren que se acerca, ya está aquí, ya se fue.
Y ahora te marchas;
tus ojos dicen lo que tu boca calla;
tú no confundes noche y mañana;
cuando te encuentres sabrás lo que buscabas,
una luz blanca quizá...
Siempre se van demasiado pronto. Escuchar el mp3 Aventurero del desierto de esta vida sin sentido
en que te desenvolviste como bien pudiste,
dinos adios con la mano en el ala de tu sombrero,
mientras la bruma te oculta y se aleja tu velero.
Te quisimos mientras coincidimos contigo;
quizá no lo supimos, quizá te los dijimos;
no nos guardes rencor por aquellos desmanes,
quién creería entonces que ibas a marcharte.
Nos portamos como compañeros,
a veces hombro con hombro,
a veces frente a frente;
agarrados a tu cinto
pasamos los tiempos duros
pasamos todos los tiempos.
Entonces unos días llovía y otros lucía el sol,
mirando hacia adelante tú nos enseñaste;
y hacia adelante miramos ahora que partes;
ahora que dejas el testigo nos toca relevarte.
Sí, ya sabemos que volveremos a encontrarnos;
en otro lugar y tiempo, si es posible el reencuentro;
hasta entonces bandearemos los escollos con entereza;
hasta entonces buscaremos, persiguiendo tus huellas.
Nos portamos como compañeros,
a veces hombro con hombro,
a veces frente a frente;
agarrados a tu cinto
pasamos los tiempos duros
pasamos todos los tiempos.
Te llevas nuestros presentes insustanciales:
la sonrisa y la furia, la luz y la penumbra;
son para que no pierdas la memoria,
para que no nos saques de tu memoria.
(1999).
¿Cómo demuestran muchos su poder y su dominación? Escuchar el mp3 ¿Por qué te escondes mi niña, quién te ha hecho daño?
¿quién intenta matar tu ángel
para que no vuele alto?
Escondes tu alma entre tus manos,
no las abres por nada
y luego, a escondidas,
besas vacías tus palmas.
Dime, pequeña alma,
¿qué puedo desde aquí abajo
para que llores de felicidad
y tu sonrisa roce mi mano?.
A veces tu alma quisiera
salir de ese cuerpo herido;
volar por sobre las copas,
dejar el bosque junto al río.
Tus labios no dirán, tus pies
caminan temerosos
necesitas taparte con algo
para poder cerrar los ojos.
Dime, pequeña alma
¿qué puedo desde aquí abajo
para que llores de felicidad
y tu sonrisa roce mi mano?.
Llegó a mi vida entre dos instantes importantes de mi vida. Se fué, volvió, de nuevo marchó y volvió transformada... Escuchar el mp3
Pasaba una paloma; me detuve a ver su vuelo;
por un instante fue llama pasando junto al sol
y luego, en la distancia, las alas desplegadas,
ralentizadas en el cielo, iban diciendo adiós,
iban diciendo adiós.
Seguí haciendo camino, perdida toda prisa;
seguí, tejiendo recuerdos, hurgando en mi mañana;
pero ese día no lo olvido, porque juraría
que esa paloma me dijo algo en su mirada,
algo en su mirada.
Paloma blanca, paloma blanca,
quizá aún encuentre de nuevo esa llama;
paloma blanca, paloma,
tus alas dicen lo que calla tu boca.
Recorro esas calles, buscando por las nubes,
mirando entre geranios y sábanas blancas;
hay ciento de palomas que cruzan en el aire;
ninguna es la mía; esa no volverá,
esa no volverá.
Paloma blanca, paloma blanca,
quizá aún encuentre de nuevo esa llama;
paloma blanca, paloma,
tus alas dicen lo que calla tu boca.
(Mayo 1996)